Retirar el dinero de la pensión plantea un gran dilema para los trabajadores de más edad
El caso de Australia, donde el retiro de fondos ha dado paso a un auge de cirugías estéticas, debe ser una lección para los trabajadores de más de 50 años, que enfrentarán mayores dificultades para encontrar un nuevo empleo tras esta crisis.
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Claer Barrett
Dinero para la pensión… o implantes de senos. La pregunta parece extraña, pero la elección entre ahorrar para el futuro retiro y dilapidar en operaciones estéticas es un tema candente en Australia actualmente.
Sin importar la edad, si alguien está en dificultades financieras debido al Covid-19, el gobierno australiano le permitirá acceder anticipadamente a su fondo de ahorro para la jubilación, también conocido como “superanualidad” o simplemente “súper”.
Se pueden retirar hasta 20.000 dólares australianos (US$ 14.318). Desde que las medidas de emergencia fueron anunciadas en marzo, más de 2 millones de personas han retirado un total de 32 mil millones de dólares australianos (US$ 22.911 millones) de sus fondos de pensión, lo que tiene preocupadas a las autoridades. Los políticos están advirtiendo que unas 600 mil personas —principalmente menores de 35 años— han retirado todos sus ahorros. No es una excelente noticia, considerando los intereses compuestos que los más jóvenes se van a perder.
Para aquellos cuyas finanzas y negocios fueron destruidos por el Covid-19, conseguir acceso a sus fondos de jubilación como medida de último recurso podría ser mejor que perder su hogar o tener que declararse en quiebra. Pero en la prensa australiana abundan ahora las historias sobre el “súper derroche” a medida que las personas sacan sus ahorros para financias cirugías cosméticas y embarcarse en un frenesí de compras de ropa de diseñadores.
Uno pensaría que solo un pequeño grupo de personas sería tan inconsciente como para hacer esto, pero en Reino Unido aumentan también los que están considerando nerviosamente un retiro anticipado de sus ahorros para la pensión. Se trata de personas de más de 50 años que temen haberse vuelto obsoletas en el actual mercado laboral.
Trabajadores más vulnerables
La ola de calor que golpea por estos días a Reino Unido ha estado salpicada por algunos de los titulares más pesimistas. No solo la economía se ha desplomado a su peor depresión desde que existe registro, sino que casi 750 mil empleos han sido eliminados y eso es antes de que el programa de apoyo al empleo expire este otoño (boreal). Los economistas más pesimistas predicen que el desempleo llegará a 10 millones para esta Navidad.
Dos estudios separados sugieren que los trabajadores entre 50 y 69 años serán desproporcionalmente afectados. Los mayores no solo están más expuestos a perder sus empleos a medida que aumenta la cesantía, sino que para ellos además podría ser más difícil encontrar un nuevo trabajo.
El Centro para un Mejor Envejecimiento (CAB, sigla en inglés), una organización de caridad, predice una “crisis del empleo de la vida media”, señalando que los trabajadores mayores tienen el doble de probabilidades de estar desocupados durante un año o más que los trabajadores más jóvenes. Algunos, advierten podrían nunca más encontrar una posición remunerada.
Cerca de 2,5 millones de trabajadores de un total de 9 millones que han sido suspendidos desde el comienzo de la pandemia tienen entre 50 y 69 años. El CAB estima que cientos de miles no podrán regresar a sus antiguas actividades, agregando que un gran número de mujeres mayores trabaja en los “sectores cerrados” de retail, alojamiento y viajes, que serán los que demorarán más en recuperarse.
El número de trabajadores mayores que buscan beneficios por desempleo ya se ha duplicado durante el encierro, pero el CAB predice una "segunda ola" de desempleo en el otoño cuando se despida a los trabajadores mayores que actualmente están bajo suspensión.
No solo se perderán puestos de trabajo. Los trabajadores despedidos también perderán su principal fuente de ahorro para la jubilación: las contribuciones del empleador.
Dependiendo de cuánto tiempo les lleve encontrar otro trabajo, esto podría tener un impacto significativo en sus ahorros para la jubilación y, dependiendo del panorama financiero más amplio, los mayores de 55 años podrían verse tentados a retirar sus pensiones.
Efecto devastador
Quienes traten de regresar al mercado laboral hoy con más de 55 años encontrarán que las vacantes anunciadas son ahora la mitad que hace un año, lo que significa que muchas personas más jóvenes (y más baratas) buscarán los mismos puestos.
Aceptar un trabajo que pague menos, o que no se adapte a tus habilidades profesionales, es una opción que muchas personas han tomado. Son numerosos los casos de personas de más de 50 años que trabajaron para varias empresas de primera línea antes de establecer su propio negocio, que luego colapsó con la crisis, y ahora son conductores de reparto.
Hay que quitarse el sombrero ante quienes han aceptado ocupaciones por debajo de sus capacidades porque no calificaron para los planes de asistencia del gobierno.
La discriminación por edad en el lugar de trabajo no es una tendencia nueva. Muchas personas se han dado cuenta de que su trabajo por cuenta propia es demasiado reciente como para poder optar al plan de apoyo del gobierno.
Las estadísticas también sugieren que los trabajadores mayores, que quizás cuentan con más ahorros, se están aferrando la esperanza de que las perspectivas económicas mejoren.
Los datos de empleo de esta semana muestran que el número de personas empleadas mayores de 65 años cayó 11% entre el primer y segundo trimestre.
Un segundo estudio de Rest Less, un sitio web de empleo para personas mayores de 50 años, destaca el creciente número en este rango de edad que ha sido clasificado como "económicamente inactivo" desde que comenzó la pandemia.
El fundador Stuart Lewis dice que el miedo a contraer el coronavirus combinado con el terrible contexto económico significa que “muchos mayores de 65 años simplemente han renunciado a encontrar un nuevo empleo y se han salido completamente de la fuerza laboral”.
Asegura que esto es "devastador", especialmente si se considera que en menos de 20 años, los mayores de 65 años representarán una cuarta parte de la población de Reino Unido.